Disputa sobre la Edad de la Esfinge y la Gran Pirámide
En 1993, la NBC, en los Estados Unidos, ventiló Los Misterios de la Esfinge, presentando evidencia geológica que demostraba que La Esfinge era por lo menos el doble de antigua (9,000 años) de lo que afirmaban los egiptólogos.
Ha llegado a ser muy bien conocida como “la controversia de la erosión por agua”. Una vista cercana a la politiquería que despliegan los egiptólogos para combatir esta minimización de su territorio es instructiva.
El egiptólogo autodidacta, John Anthony West sacó el tema de la erosión por agua a la atención del geólogo, Dr. Robert Schoch.
Ellos fueron a Egipto y lanzaron una intensiva investigación en el sitio. Después de estudiar a fondo, y de primera mano la Esfinge, el geólogo llegó a compartir la conclusión preliminar de West, y anunciaron sus hallazgos.
El Dr. Zahi Hawass, el jefe de los Monumentos de Giza no perdió tiempo en disparar una barrera de crítica pública a este par. El renombrado egiptólogo, Dr. Mark Lehner, quien es visto como el primer experto mundial en la Esfinge, se unió al ataque. El acusó a West y a Schoch se ser “ignorantes e insensibles”.
Esta fue una curiosa acusación, la cual llevó el tema fuera del nivel profesional, colocando el asunto entero a nivel personal. No abordaba los hechos o temas para nada, y era bastante poco científico.
Pero debemos observar la táctica estándar de desacreditar a cualquiera que se atreva a cuestionar las teorías aceptadas.
Cambiando el enfoque fuera de los temas, y “personalizando” el debate es una estrategia altamente efectiva – una que es a menudo usada por políticos que se sienten inseguros acerca de sus posiciones. Hawass y Lehner invocaron su estatus intocable y su presunta autoridad. (Uno pensaría que la asesoría de un geólogo tiene más peso en este punto en particular).
Poco tiempo después, Schoch, Hawass y Lehner fueron invitados a poner el tema a debate en la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia. A West no le fue permitido participar porque carecía de los credenciales requeridos.
Esto señala a una suposición cuestionable que es parte del arsenal del establecimiento: solamente científicos con credenciales pueden practicar ciencia. Dos filtros mantienen al investigador independiente, sin credenciales, fuera del juego: (1) los credenciales, y (2) peer review. Uno no llega al número dos a menos que tenga el número uno.
La ciencia es un método que cualquiera puede aprender y aplicar. No requiere credenciales para observar y registrar hechos, y pensar críticamente acerca de los mismos, especialmente en las ciencias sociales no-técnicas. En una sociedad libre y abierta, la ciencia debe ser un proceso democrático.
Sea como sea, West fue descalificado. Los elementos del debate han sido llevados hacia adelante y hacia atrás desde entonces, sin llegar a una resolución. Es similar a la controversia sobre quien construyó las Pirámides de Giza y de que manera fueron construidas.
Esto trae a colación el tema de La Gran Mentira, y cómo ha sido promovida por generaciones delante de Dios y de todos. La controversia de cómo fue construida la Gran Pirámide es un ejemplo. Sería fácilmente establecido si los egiptólogos quisieran resolver la disputa. Una simple prueba podría diseñarse y arreglarse por ingenieros imparciales que probarían o desaprobarían su teoría disputada durante mucho tiempo – que fue construida usando las herramientas primitivas y métodos de ese tiempo, aproximadamente 2,500 A.C.
¿Porqué no han hecho esto?
La respuesta es tan obvia que parece imposible: ellos saben que la teoría es falsa.
¿Podría un científico entrenado y altamente educada realmente creer que 2.3 millones de toneladas de piedra, algunos bloques pesando hasta 70 toneladas, podrían haber sido transportadas y levantadas con métodos primitivos?
Esto parece improbable, aunque no tienen ningún remordimiento en contra de mentirle al público, escribiendo libros de texto y defendiendo esta teoría contra las teorías alternativas. No obstante, debemos notar que no permitirán ser sujetos a una prueba radical final.
Pensamos que es titular o de apoyo para cualquier científico llevar la carga de la prueba de su tesis; no obstante, los científicos sociales quienes hacen estas afirmaciones o demandas, nunca dan la cara para esta clase de escrutinio. Esto es porqué debemos sospechar una conspiración. Ninguna otra disciplina científica se saldría con la suya flexionando las reglas de la ciencia. Todo lo que han hecho los egiptólogos alguna vez es ‘batearse’ o botar teorías alternativas, usando tácticas pasadas por debajo de la mesa. Ya es tiempo de que se insita que prueben sus propias propuestas.
¿Porqué intentarían los científicos esconder la verdad y evitar cualquier prueba de su hipótesis?
Sus motivaciones son igualmente transparentes. Si puede probarse que los egipcios no construyeron la Gran Pirámide en 2,500 AC, usando métodos primitivos, o si la Esfinge puede ser fechada hasta 9.000 AC, toda la casa de cartas se viene abajo. Puntos de vista ortodoxos de la evolución cultural están basadas sobre una cronología de la civilización habiendo comenzado en Sumeria no antes de 4,000 AC. La teoría no permite que una avanzada civilización haya existido antes de ese tiempo. Fin de la discusión. La arqueología y la historia pierden su significado sin una línea fija de tiempo como unto de referencia.
Puesto que la teoría de la “evolución cultural” ha sido atada a la teoría general de la evolución de Darwin, hay mucho más en juego. ¿Explica esto porqué son negadas y/o ignoradas las anomalías y enigmas? Sin embargo, así es.
Las ciencias biológicas de hoy están basadas en el Darwinismo.
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http://www.bibliotecapleyades.net/arqueologia/esp_archeocoverup_sp.htm
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