viernes, 9 de septiembre de 2011

Arqueología Bíblica: La Ciencia que confirma las Historias Biblicas

La arqueología Bíblica, una ciencia subordinada a las historias bíblicas:



Definición de arqueología Bíblica.Según la Biblioteca de Consulta de Microsoft, Enciclopedia Encarta:
Arqueología bíblica, es el estudio científico de la arqueología, de los restos y hallazgos históricos relativos a las religiones judía y cristiana y, específicamente, de los hechos narrados y los lugares descritos en la Biblia.

La razón de ser de la arqueología bíblica radica en que permite un conocimiento científico de los pueblos que habitaron las llamadas tierras bíblicas, su historia, su cultura, su identidad y sus desplazamientos, lo que hace posible una ubicación concreta de los relatos y confrontarlos con su historicidad. Sobre este punto dice Kaswalder que, anteriormente, la escuela estadounidense e israelí de arqueología bíblica recurría a la arqueología como prueba de la historicidad de los relatos bíblicos, como lo hacían autores de la talla de William Foxwell Albright, George Ernest Wright y Yigael Yadin. Hoy, en cambio, la arqueología no pretende probar las afirmaciones de la Biblia sino descubrir el mundo histórico en el cual los libros bíblicos tomaron consistencia y significado.

De esta orientación, anunciada por P. Kaswalder, se puede retener lo siguiente, de acuerdo a la clasificación presentada por el papirólogo catalán Joan María Vernet:

• La arqueología bíblica puede iluminar los conocimientos que tenemos acerca de algunos datos históricos descritos en los relatos bíblicos como gobernantes, personajes, batallas y ciudades.
• La arqueología bíblica también ha logrado describir algunos detalles concretos reflejados en los libros bíblicos, por ejemplo el túnel de Ezequías, la piscina de Betesda, el Gólgota y otros que efectivamente corresponden a lo que describen los relatos bíblicos.
• La arqueología bíblica también presta una ayuda fundamental a los estudios exegéticos.

Las técnicas científicas empleadas en la arqueología bíblica son las mismas de la arqueología en general como las excavaciones y la datación por radiocarbono, entre otras.

Para comprender el significado de la arqueología bíblica, es necesario comprender primero dos conceptos:
La arqueología como marco científico
Y la Biblia como objeto de investigación.

La arqueología es una ciencia, no en sentido aristotélico “cognitio per causas”, sino en el sentido moderno como conocimiento sistemático. Sobre este punto amplía el Monseñor Vicente Vilar Hueso que la arqueología es al mismo tiempo, técnica y ciencia:
Como técnica, busca los restos materiales de las civilizaciones antiguas y trata de reconstruir en lo posible el ambiente y las organizaciones de una o varias épocas históricas;
Como ciencia moderna, es bastante reciente y, como dice el literato Kurt Benesch, es una ciencia de apenas 200 años y, sin embargo, ha hecho cambiar definitivamente nuestra idea sobre el pasado.


La arqueología bíblica como disciplina científica que se ocupa de la recuperación e investigación científica de los restos materiales de culturas pasadas, ha podido iluminar los periodos y descripciones de numerosos pasajes de la Biblia, en Un amplio arco de tiempo que comprende entre el año 2000 antes de Cristo y el año 100 de la era cristiana.
Otros autores prefieren llamarla "arqueología de Palestina" y con ello determinan aquellos territorios que están al este y al oeste del Río Jordán. Pero las investigaciones y hallazgos arqueológicos recientes han ampliado este concepto aun fuera del territorio de Palestina.

El erudito estadounidense Edward Robinson pasó a ser considerado como el padre de la arqueología palestina con la publicación de su libro Investigaciones Bíblicas en Palestina editado en 1841.




Durante las siguientes décadas, la confección del mapa de Tierra Santa y la identificación de yacimientos bíblicos progresó rápidamente bajo el auspicio de instituciones como:
La Fundación Palestina de Exploración (Palestine Exploration Fund) (1865),
la Deutscher Palästina-Verein (1877),
la École Biblique (1890),
la American School of Oriental Research de Jerusalén (1900),
la British School of Archaeology de Jerusalén (1919).

Sin embargo, en Palestina la excavación deliberada de yacimientos bíblicos concretos, diferenciada de un estudio geográfico, no comenzó hasta la década de 1890, cuando el arqueólogo y egiptólogo británico Sir William Matthew Flinders Petrie desarrolló intuitivamente lo que se convertiría en principios de una excavación sistemática para todos los arqueólogos posteriores:
la estratigrafía, o el arte de desentrañar los distintos estratos superpuestos, y la tipología cerámica, o estudio de los estilos de la cerámica como indicadores cronológicos.

Los relatos de peregrinaciones cristianas fechadas aproximadamente en el siglo IV constituyeron la única fuente de información sobre yacimientos bíblicos hasta el siglo XIX, cuando comenzó la moderna investigación en Palestina.

Las primeras excavaciones en Palestina antes de la I Guerra Mundial se centraron en los grandes yacimientos bíblicos como Jerusalén, Guezer, Meguido, Jericó y Samaria.


Tras la I Guerra Mundial, una segunda etapa en la arqueología bíblica fue dirigida por el científico estadounidense William Foxwell Albraig, quien, junto con sus colegas, transformó la arqueología de una actividad en gran medida intuitiva, en una disciplina rigurosa y científica.
El trabajo arqueológico evolucionó de la caza de tesoros, a la datación de cerámica arquitectura y manufacturas, y de esta manera comenzó a emerger la realidad histórica y política de Palestina desde los mismos relatos bíblicos mientras eran desenterrados en el tiempo.
Al final de la década de 1920 y durante la década de 1930 continuaron las excavaciones en Meguidó, Yericó y Samária, y se iniciaron en Tel Beit, Mirsim y Betel.

Tras la II Guerra Mundial, se adoptaron innovaciones en el trabajo de campo, con el objetivo de lograr una mejor recuperación de los hallazgos, cuando la arqueóloga británica Kathleen Kenyon introdujo una nueva metodología en Jericó y Jerusalén.
Las Excavaciones se realizaron en cuadrículas más pequeñas de 5 por 5 metros, dejando testigos en los que se podían ver los niveles estratigráficos por sección. Se Procedió a excavar siguiendo la estratificación natural, separando los estratos naturales conocidos como loci, o singularmente, el locus.
Este nuevo procedimiento de excavación permitió separar los distintos niveles donde se hallaban restos, y recuperar los objetos contenidos en ellos, con mayor fidelidad y precisión.



A finales de la década entre 1950 y 1960, George Ernest Wright, quien fue un conocido experto en arqueología del Cercano Oriente, Lideró los estudios del Antiguo Testamento con los metodos ya establecidos de la arqueología bíblica, junto con Dávid Noel Fridman y otros científicos estadounidenses, junto con otros israelíes, como Yigael Yadin, Moshe Dotan, Benjamin Mazar y Nahman Avigad, excavaron en nuevos y viejos yacimientos, como Jatsor, (actual Tel el-Qida), Siquem, Ashdod (nombre de la antigua Asdod), Taanak, Guezer y una vez más en Jerusalén, usando este método.

Durante la década de 1970 la arqueología estuvo influida por las ciencias naturales, las ciencias sociales, y los estudios medioambientales. Informáticos, geólogos, antropólogos, climatólogos, edafólogos y zoólogos, trabajaron junto con arqueólogos para obtener mejores datos con mejor especificidad e interpretar más detalladamente la información.

Estos y otros especialistas estuvieron trabajando en yacimientos como Tell el-Hesi, Cesarea, Afec, Akko (o antigua Acre), y también en la Ciudad Bíblica de David en Jerusalén.


Libros como el Atlas histórico Westminster de la Biblia (edición revisada, de 1956) escrito por Wright y Floyd Wilson, o el Atlas bíblico Macmillan (edición revisada de 1977) de Yohanan Aharoni y Michael Avi-Yonah, se han convertido en importantes materiales de consulta para estudiosos y eruditos en esta área, cuyas investigaciones se basan en más de cien años de intensas prospecciones y excavaciones. Se están publicando continuamente nuevos atlas y artículos que van incorporando nuevos descubrimientos y nuevas teorías arqueológicas.

El contínuo estudio y la nueva investigación de ciudades a lo largo y ancho de Palestina, han contribuido a establecer las secuencias temporales de poblamiento y destrucción, y también a refinar el conocimiento de la cultura urbana y de la arquitectura, además de definir los patrones de asentamiento de los habitantes de la zona y las migraciones de nuevos pueblos en la región. Por ejemplo, las pasadas investigaciones en Meguidó y Yericó y las recientes en Bab al-Dira y Numeira han develado mucho acerca de la cultura del bronce antiguo del III milenio antes de Cristo.


Nuevos datos procedentes de Akko (o Acre) en la edad del bronce medio se pueden combinar con información de Siquem, Guezer y Afec para recuperar una cultura urbana que se desarrolló en Palestina hacia el 2000 antes de la era Cristiana; estas grandes ciudades estaban fortificadas con murallas de adobe, mampostería de revestimiento y enormes puertas de acceso.

Se han propuesto nuevas teorías reconsiderando la conquista de Canaán por los israelitas bajo Josué debido a los conflictivos datos arqueológicos. Según los hallazgos aparecen niveles de destrucción en el siglo XIII antes de la era Cristiana, en Meguido, Jatsor, Afec, Betel, Ashdod, Guezer y Dayr Ala, pero no así en Arad, Heshbón, Yericó, Ai y Gibea (o Gabaa).

Todas las pruebas indican una extensa agitación y cierta ruptura sociopolítica en Palestina en esta época, y de esta manera se investiga cuidadosamente el panorama bíblico de una total conquista israelita.

También se ha obtenido una importante información relativa al periodo de la monarquía unificada. Durante las excavaciones en la Ciudad Vieja de David en 1980, Yigal Shilo descubrió un palacio de la edad del hierro fechado en el siglo X antes de la era cristiana, el cual fue un gran edificio de la época de David y Salomón.

El trabajo llevado a cabo entre 1955 y 1958 en el inmenso yacimiento de Jatsor, en el sur de Galilea, sirvió para confirmar la importante actividad constructora de Salomón.

Características de esta obra son las murallas de casamata (que constituyen dos muros paralelos con un espacio entre ambos, y unidos a intervalos por muros transversales) con cuatro puertas de acceso similares a los que también existen en Guezer y Meguidó.


La actividad realizada entre 1963 y 1965 en Masada, junto a la orilla occidental del mar Muerto, sacó a la luz la fortaleza-refugio construida por Herodes el Grande. Los elaborados y bien conservados restos de un triple palacio, testifican el amplio programa constructor de este monarca oriental romanizado en los inicios de la era cristiana.

Entre los más importantes hallazgos arqueológicos destacan numerosos materiales epigráficos de inscripciones. En 1967, en Dayr Alla (en la actual Jordania), se encontraron numerosos fragmentos con inscripciones escritas en un templo de la edad del hierro. El más importante de éstos es el relativo a las tradiciones paganas sobre el profeta adivino Balaam, aparentemente la misma persona mencionada en La Biblia, en el capitulo 22 del libro de Números. La fecha probable de estas inscripciones es la del siglo VIII o hacia el 700 antes de la era cristiana.

También Se han encontrado numerosas ostracas (o fragmentos de objetos de cerámica) con escritura hebrea, estos hallazgos pertenecen a las excavaciones de Arad, Bershevá, Quntillet Ajrud, e Izbet Sartah (la antigua ciudad llamada Ebenezer).

Recientemente se descubrió un fragmento de cerámica de gran tamaño que contenía un sumario del sistema numeral egipcio escrito en tinta, presumiblemente para el uso de escribas.

Entre los hallazgos que han confirmado la veracidad de las historias Bíblicas, se encuentran los rollos de Qumrán, este, entre otros hallazgos de fragmentos de manuscritos a lo largo de la orilla occidental del mar Muerto desde 1947, ha revolucionado la comprensión de la historia judía bíblica antigua, y ha iluminado en gran manera a los especialistas el panorama de trasfondo que se percibe en el Nuevo Testamento.


Los mismos han sido sometidos a un detallado análisis junto con otros manuscritos hallados en la orilla occidental del mar muerto, los cuales datan del siglo 3 antes de Cristo, y han aportado abundante y valiosa información sobre las peculiaridades del texto bíblico anterior a su estabilización en el siglo primero de Cristo.

También se han obtenido importantes datos, confirmando la fidelidad al original, en las versiones en griego del Pentateuco y de otros libros, como un testimonio fidedigno al texto original escrito en idioma hebreo y arameo. Gracias a esto se han corregido también en gran manera las erróneas traducciones de los textos bíblicos.

Desde el siglo XIX se han llevado a cabo extensas investigaciones a lo largo de todo el Próximo Oriente, al igual que en Grecia e Italia, que han iluminado en gran manera el mundo bíblico, y han logrado que este sea más amplio vivo y real.

Durante una serie de expediciones británicas a mediados del siglo XIX, un gran archivo fechado en el siglo VII antes de Cristo del rey asirio Asurbanipal, fue descubierto en el yacimiento de la antigua Nínive.

En este archivo se encontraron tablillas con narraciones babilónicas acerca de la creación y del diluvio universal, un descubrimiento que enriquece el panorama de los relatos bíblicos del Génesis.

Documentos cuneiformes de la antigua Mari, (actual Tell Hariri), en Siria occidental, han aclarado los orígenes de las profecías del Antiguo Testamento, y la identificación de topónimos, además del concepto del nomadismo tribal.

De igual manera El hallazgo de Las tablillas de la antigua Nuzi (actualmente Yorgam Tepé), al norte de Irak, han ofrecido a los investigadores información relativa a costumbres legales del siglo XV antes de Cristo, que presentan paralelismos con la narrativa bíblica patriarcal.

Unas cartas de los reyes de Canaán a sus señores egipcios, halladas en Tell el-Amarná, en Egipto, han arrojado luz sobre la situación política de Palestina unos cien años antes de la conquista israelita.
Numerosos códigos legales procedentes de los archivos reales de los grandes monarcas asirios y babilonios han ofrecido semejanzas con los códigos legales del Antiguo Testamento.

Desde 1929 hasta el presente, las excavaciones francesas en Ras Samrá (la antigua Ugarit), al oeste de Siria, han extraído cientos de hallazgos de tablillas correspondientes al periodo comprendido entre 1400 y 1200 antes de la era cristiana, escritas en ugarítico la cual es una lengua semítica hoy día extinta, que se hablaba en Ugarit.

Muchas de ellas tienen un carácter literario y narran las proezas de los dioses de la religión cananea, entre ellos el dios de las tormentas, Baal, mencionado frecuentemente en la Biblia por ejemplo en el libro de números en el capitulo 25. Además, la poesía de Ugarit tiene estrechas afinidades con la bíblica. Ambas comparten en gran medida el vocabulario, la estructura y el uso de figuras lingüísticas y otros recursos literarios.

En 1945, en la antigua Nag-Hammadi, en el Alto Egipto, fueron encontrados mas de 50 textos gnósticos en escritura copta. Podrían ser datados en el siglo IV era de Cristo, pero el estudio de sus características y de su contenido mostró que eran traducciones de textos griegos quizás del siglo II, lo que los situaría entre las fuentes más antiguas para el cristianismo gnóstico.

Estos hallazgos de escrituras en tablillas han aportado información muy valiosa para comprender la evolución del cristianismo en Egipto, especialmente para sus variantes no ortodoxas. La colección completa de los textos de Nag-Hammadi fue publicada en inglés en 1977.


Desde 1964, un equipo italiano bajo la dirección de Paolo Matthiae ha sacado a la luz en la antigua Ebla (la actual Tell Mardij) en Siria, una serie de hallazgos arquitectónicos como palacios reales, una monumental puerta de acceso a la ciudad, un recinto amurallado, templos y casas particulares. Desde 1974 a 1976, han aparecido cientos de tablillas y fragmentos de éstas, datadas en la edad del bronce antiguo, quizás en torno al 2500 antes de Cristo. Las tablillas están escritas en escritura cuneiforme y representan dos lenguas:
La primera es sumeria, cultura que debió ser la inventora de la escritura cuneiforme.

Mientras que la segunda es lengua semítica, la verdadera lengua de los eblitas, y de muchos otros pueblos dispersos a lo largo y ancho del Oriente Próximo. Estos textos han arrojado nueva luz sobre el comercio y la cultura en la Siria del III milenio y han aportado información considerable sobre ambas lenguas en esta fase de su evolución.

En 1979 la estatua de un rey asirio fue hallada en Tel Fajariye, en la región del río Jabur, (Siria). La estatua, con una inscripción en asirio y en arameo y datada en torno al 1000 antes de Cristo, podría ser de un incalculable valor para los lingüistas, especialmente para los especialistas en arameo, ya que es una de las más largas y antiguas inscripciones en esa lengua. La existencia del texto paralelo en asirio realza aún más su valor.

Algunos detalles sobre la escritura cuneiforme.

La escritura cuneiforme, sistema que probablemente tuvo su origen en Súmer, la empleaban los antiguos pueblos de Mesopotámia y de Anatólia. Consta de 600 caracteres, cada uno de los cuales representa palabras o sílabas que se inscribían en tablas de arcilla o piedra.

Los hallazgos junto con las descripciones bíblicas han logrado que se tenga una idea completa de la antigua ciudad bíblica de Nínive,

El yacimiento arqueológico de la antigua ciudad de Nínive muestra en la actualidad dos tells y los restos de sus murallas. La imagen reproduce una reconstrucción de la puerta principal de las mismas.

A continuación una lista de Algunos descubrimientos importantes:

El Papiro P52. Papiro Biblioteca Rylands P52, o también llamado "El fragmento de San Juan", es el trozo de manuscrito escrito en papiro más antiguo conocido del Nuevo Testamento hasta el momento; y está conservado en la biblioteca John Rylands, en Manchester, Reino Unido.

El papiro p52 Contiene un texto del Evangelio de Juan del capitulo 18, y supuestamente fue escrito hacia el año 125. Está generalmente aceptado como el extracto más antiguo de un Evangelio canónico, convirtiéndose en el primer documento que, cronológicamente, concierne a la figura de Jesús de Nazaret.

La parte delantera del pergamino, en el anverso, contiene versículos del evangelio de Juan 18 versículos 31 al 33, en griego. y la parte de atrás, en el reverso, contiene los versículos 37 y 38.

Los Manuscritos del Mar Muerto o Rollos de Qumrán, llamados así por hallarse los primeros rollos en una gruta situada en Qumrán, a orillas del mar Muerto, son una colección de alrededor de 800 escritos de origen judío, escritos en hebreo y arameo por integrantes de la congregación judía de los esenios, y encontrados en once grutas en los escarpados alrededores del mar Muerto.

Lo más importante de este hallazgo es su antigüedad, que permite estudiar importantes fuentes teológicas y organizativas del judaísmo y del cristianismo.

La mayoría de los manuscritos datan de entre los años 250 antes de Cristo y 66 de Cristo. Estando entre ellos los textos más antiguos de que se dispone en lengua hebrea del Tanaj o Antiguo Testamento bíblico. Se cree que fueron ocultados por los esenios, debido a las revueltas judías contra los romanos en esos años.
Los escritos mencionan igualmente algo sobre una restauración del Evangelio de Jesucristo en la última dispensación de los tiempos.

La mayoría de los manuscritos se encuentran hoy en el Museo de Israel en Jerusalén, en el Museo Rockefeller de Jerusalén, así como en el Museo del Departamento de Antigüedades en Ammán (Jordania).

Algunos descubrimientos
El Papiro P52, el texto más antiguo del Nuevo Testamento conocido, fue descubierto en 1920, en el desierto de Egipto Medio, y sacado a la luz pública en 1935.
Los Manuscritos del Mar Muerto, descubiertos en las cavernas de Qumrán en el año 1947 por beduinos y cuyas excavaciones se iniciaron en 1950.
Entre 1962 y 1963 se descubrió el Papiro [12] de Wadi Daliyyat o Papiro de Samaria de época persa.
En 1964 se descubrió el Papiro de Ketej-Jericó de época persa-helenística.
En 1991 se descubrió la llamada Tumba de Caifás, aunque no está cerrada su identificación como tal.
En 1993 se descubrió la Estrella del Tel Dan.
En 1996 se descubrió la inscripción del Tel Mikné con el nombre de la ciudad filistea de Ekron y una lista de sus reyes.
En 1997 se descubrió el antiguo monasterio de Katisma.
En 1998 se descubrió la Sinagoga de Jericó datada del año 75 a. C. (Ehud Netzer).
En 2001 se descubrió la Estrella del rey Joaz, rey de Judea.

Sitios arqueológicos
En la actualidad las zonas bíblicas están llenas de excavaciones, sitios arqueológicos y museos abiertos al público en general. Entre los más destacados se pueden contar:
El Santo Sepulcro: Un complejo que comprende la tumba de Jesús y el Calvario. Evidencias de tumbas judías, artefactos romanos, construcciones constantinas e influencias otomanas.
El Museo de Israel: Reúne objetos de un valor universal incuestionable no sólo para los estudios bíblicos, sino para la historia y prehistoria del llamado Medio Oriente. Este Museo es sin duda uno de los más importantes del mundo.
El Túnel de Siloé: Pasa por debajo de la Ciudad Vieja de Jerusalén y es uno de los elementos declarados en la Biblia tanto en la Tanaj como en el Nuevo Testamento.
La Barca de Pedro: Uno de los últimos hallazgos fue una barca enterrada entre el fango a orillas del Lago de Galilea y con sorpresa datado del siglo I, es decir, del tiempo de Jesús. Por esta razón ha sido llamada como la Barca de Pedro porque permite darse una idea del tipo de naves que usaban los pescadores que conoció Jesús.
Kiryit Qumrán: Para muchos es quizá uno de los hallazgos más importantes de todos los tiempos. Compuesto del Kiryit o ruinas de lo que era el monasterio de la congregación judía de los esenios, las cavernas en donde se encontraron papiros y códices de Libros del Tanaj, no del Nuevo Testamento como sugerían algunos en principio, el cementerio de los monjes y muchos otros elementos que cambiaron la historia de los estudios bíblicos. De este sitio tan especial sale además la célebre polémica del 7Q5, un trozo diminuto de papiro de difícil identificación que el papirólogo catalán Josep O’Callaghan Martínez, respaldado por el exégeta alemán Carsten Peter Thiede, concluyó era un segmento de un texto neotestamentario y cuya polémica sigue en la actualidad.

Edificaciones bíblicas confirmadas.
La ciudad de Gabaón.
El Túnel de Ezequías: Un túnel de 533 metros fue construido para proveer a Jerusalén de agua subterránea en prevención de la invasión asiria de 701 a. C.
Las Murallas de Jericó: Una destrucción de las Murallas de Jericó data de aproximadamente 1550 a. C., al final del Bronce Medio a causa de un sitio o un terremoto en el contexto de un estrato quemado denominado Destrucción Ciudad IV.
La Rampa del sitio de Lakís: La ciudad de Lakís fue capturada por el rey asirio Senaquerib en 701 a. C.
Piscina de Siloé: La piscina, ubicada al sureste de las murallas de la ciudad, es receptora de las aguas del Segundo Templo: Construido por Herodes el Grande.
Templo de Siquem: Datado en la Edad del Bronce, mencionado en Jueces 9.
Túmulos: 19 túmulos localizados al occidente de Jerusalén han sido datados sin dudas del tiempo de la Monarquía de Judea, es posible que representen sitios a la memoria de los reyes mencionados en 2 Crónicas 16, 14; 21, 19; 32, 33 y el Libro de Jeremías 34, 5.


Objetos de excavaciones documentadas:


 

Jehú a los pies de Salmanasar III en el Obelisco Negro.

La Ostraca de Arad.
Los textos de Balaam: tinta sobre yeso, encontrados en Deir ´Alla en Jordania (Números 22 - 24).
El Obelisco Negro de Salmanasar III que representa a Jehú, rey de Israel, según 2 Reyes 8-10, o a alguno de sus embajadores.
El osario familiar de Caifás descubierto en Jerusalén en 1990.
Los archivos cuneiformes de Ebla (Tell Mardikh): Descubiertos en 1975 incluyen el nombre de tres personajes relacionados con los patriarcas bíblicos, entre ellos el de Ebrum, que algunos identifican con el patriarca bíblico Heber.
La inscripción de Ecrón: Descubierta en 1993 en Tell Mique.
La Ostraca de Gath:
Encontrada por A. Maeir cuando realizaba las excavaciones de Tel es-Safi en 2005.
Texto inciso, de nueve letras, que presenta dos nombres (אלות ולת) etimológicamente relacionados con Goliat (גלית).




Asas de vasija GBON (גבען): Fueron recuperadas de la piscina de Gabaon y tenían algunas inscripciones:
Algunas con la inscripción "Hananiah" que tiene relación con la persona mencionada en Jeremías 28, 1.
Otros nombres inscritos son: Amariah, Azariah, Domla, Geder, Hananiah, Neri, Shebuel
Sello de Gemariah ben Shaphan: Impresión en bula: Encontrada durante las excavaciones de Yigal Shiloh en 1983, probablemente perteneciente a la persona mencionada en Jeremías 36, 10.
Inscripción de la Casa de David en la Estela de Tell Dan: Consiste en tres fragmentos: el primero y más extenso fue descubierto en 1993 y dos fragmentos menores en 1994.




Ostraca de Izbet Sartah: Dos fragmentos encontrados en una excavación de 1976.
Cinco líneas incisas de 80 a 83 letras (las lecturas de los editores varían) en donde la última línea corresponde a un abecedario.
Jaazaniah, siervo del rey (ליאזניהו עבד המלך) sello con ícona de pelea de gallos:
Encontrada en la tumba 19 en Tel en-Nasbeh (probablemente la bíblica Mispah).
Posiblemente perteneciente al capitán del ejército en Mizpah mencionado en 2 Reyes 25, 23.
Jehucal ben Shelemia ben Shobi (יהוכל בן שלמיהו בן שבי): Sello estampa en bula.
Encontrado en las excavaciones de Eilat Mazar en el supuesto palacio del Rey David en 2005. Probablemente perteneciente a la persona mencionada en el relato de Jeremías 37, 3 y 38, 1.




Ostracas de Laquis:
Textos descubiertos en 1930 que describen acontecimientos de finales del siglo VII, poco después del final de la conquista de los caldeos.
Carta No. 3 menciona una advertencia del profeta.
Carta No. 4 menciona Laquis y Azekah como los últimos lugares conquistados, tal como registra Jeremías 34, 7.
Carta No. 6 describe una conspiración, reminiscencia de Jeremías 38, 19 y 39, 9, utilizando una fraseología casi idéntica a 38, 4.
Tallas de Laquis: Del palacio de Senaquerib en Nínive, describiendo la conquista de esta ciudad.
El cilindro de Nabonidus: Inscripción cuneiforme encontrada en el Templo de Shamash en Sippara que menciona a Baltasar como hijo del último rey de Babilonia.
En los capítulos V, VII y VIII de Daniel se menciona a Baltasar como rey, pero ello fue probablemente debido a la conversión aramáica (por ejemplo, la inscripción bilingüe en la estatua de Haddayishi de Gozan lo llama "gobernador" en acadio pero "rey" en arameo). También es de notar que Baltasar ofrece a Daniel el "tercer puesto" en el reino, como recompensa, en lugar del segundo.

Pim de peso (pesas): Las primeras pesas fueron encontradas por R.A.S. Macalister en Gezer. Fueron encontrados desde entonces muchas más.

Palabra inscrita, desconocida, que permite una mejor traducción de 1 Samuel 13, 21.
Inscripción de Poncio Pilatos encontrada en el teatro romano de Cesarea:
El prefecto de Judea, Poncio Pilatos, erigió el Tiberium en honor de Tiberio César.
Texto actual de la tercera línea de la inscripción (las partes erosionadas van entre corchetes, y en negrilla aquellas cuya interpretación es discutida):
TIBERIEUM
[PON]TIUS PILATUS
[PRAEF]ECTUS IUDA[EA]E
La conquista de Samaria por Sargón II (ANET 284), encontrada por P.E. Botta en Khorsabad en 1843: "sitié y conquisté Samaría, deporté 27.290 habitantes de esta... Reconstruí el pueblo mejor de como era y establecí allí gente de otros países que yo mismo hube conquistado" (Cfr. 2 Reyes 17, 23-24).
Sello de Ben Immer (ליהו [בן] אמר[?]) estampado en bula:

Encontrado el 27 de septiembre de 2005 cuando se analizaban cuidadosamente escombros provenientes del Templo Monte de Jerusalén de 1999.

Es posible que se relacione con un sacerdote que sirvió en el Templo de Salomón según Jeremías 20,1.
Inscripciones de Tiglath-Pileser III encontradas por A.H. Layard en Nimrud:

ANET 282: "Recibí el tributo de... Jehoahaz de Judea" (incidente mencionado en la Biblia, Nota: este articulo ha sido adulterado en wikipedia por algun inescrupuloso).

ANET 283: "En cuanto a Menajem lo abrumé... puse a Oseas como sacerdote sobre ellos" (ver Libro de Oseas. Nota: este articulo ha sido adulterado en wikipedia por algun inescrupuloso).

La piedra de Zayit:
Piedra redondeada incisa con abecedario paleo-hebreo y numerosos restos con inscripciones encontrados en Zeitah (Tel Zayit) en un estrato datado en el siglo X a. C.
Se tienen documento de filósofos de la antigüedad que son considerados material importante de consulta durante las investigaciones de la arqueología Bíblica.
Aunque consideremos a la arqueología como una ciencia moderna, es necesario reconocer el hecho de que muchos autores a lo largo de la historia han dejado documentos valiosos que son hoy un elemento de trabajo imprescindible.
Entre muchos de ellos los históricos más importantes son Flavio Josefo, Orígenes, Eusebio de Cesarea y el Diario de Etheria.
Otros datos de importancia son los registros en la cultura de la antigua Roma y los registros judíos que también son evidencias científicas de consulta a favor de las historias Bíblicas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario